Dentro
del texto de Oscar Wilde se desarrolla el tema de la crítica dentro de un
dialogo posterior a un momento de
deleite musical con una melodía tocada en piano, se inicia un dialogo en torno
al proceso de crítica analizado desde el punto de vista del espectador y del
mismo artista, y de cómo ambos integrantes dentro del proceso de reflexión en
torno a una obra tienen un papel de suma importancia y que corresponde a un análisis desde un punto de vista
particular.
Se
inicia con el público u espectador de la obra, se dice entonces que este es
bastante tolerante frente a la producción artística, pero lo que este no es
capaz de tolerar es una falta de talento o reconocimiento dentro del ámbito artístico.
Dentro de este proceso el egoísmo genera personalidades totalmente diferentes y
divergentes que proponen diversidad de opiniones. Se genera un interrogante
dentro del proceso del artista de creación referente a su la autenticidad de
sus obras en cuanto estas desarrollan una interpretación perteneciente meramente
al artista de lo que este percibe de su entorno y no se encasilla en la mera representación
de lo que este observa, de esta manera el artista le brinda características propias
a su obra.
En razón
a lo anterior y al actuar del artista surge un interrogante en torno al
verdadero impacto de las críticas sobre el artista, y de por qué aquel sujeto
que no se encuentra dentro del contexto de creación artística se “empeña” en criticar al que si lo hace, quien les
brinda esta posibilidad o autoridad de creación. Se propone entonces del
postulado de uno de los dos personajes presentes dentro del dialogo de que en
los momentos de “gloria” del arte no habían críticos, por ende este dice que el
artista era verdaderamente libre, con esto el artista era el dueño de las
expresiones del espectador y era cómplice de la razón por la cual estas emergían,
mediante forma y color creaba mundos y
experiencias.
Se dice además que el arte más perfecto es aquel
que muestra al hombre en su total plenitud, y que para este el lenguaje es la
manera más contundente de desarrollar una interpretación, y que por esta misma razón
el lenguaje como “arte” era aquel que se debía criticar con mayor cuidado. Entonces
para corresponder con la idea de crítica contundente la creación artística debía
inicialmente poseer de igual manera un espíritu crítico, o de lo contrario no merecería
nombrarse creación artística, adicionalmente para considerarse bella debería ser
entonces consiente y reflexiva y aún más importante ser una creación con conciencia
de sí misma.
En
contra posición a estas ideas el otro personaje dentro del dialogo propone
entonces que en una época sin críticas, el arte no existe, permanece inmóvil,
hierático, y se limita a la reproducción de tipos consagrados. Se dice entonces
que esto debido a que la crítica es la promotora de invención de formas nuevas,
además de ser la crítica poseedora de una mayor cantidad de cultura que la
misma actividad de creación de obras.
En
este punto se desarrolla una contrariedad
entre las dos partes presentes en el dialogo, uno propone que es más difícil
al acto creador que el acto de desarrollar una
crítica o de hablar sobre la misma obra, el otro propone lo totalmente
contrario. Es lo anterior sustentado mediante la idea de que el nuevo mundo
creado por el espíritu y artista es tan completo y perfecto que el crítico o
espectador no tendrá posibilidad alguna de generar opinión alguna frente a
este, no tendrá ninguna posibilidad de ningún tipo. Se propone la postura de
una crítica respecto a una obra, de igual manera como se propone una posición
entre el artista y el mundo visible de formas y colores o al mundo de
sensaciones e ideas.
En
un momento de común acuerdo dentro del dialogo desarrollado llega a ser
creadora a partir de un elemento ya dado (materia prima) de nuevas formas, o
modificadora de las formas ya presentes, es decir, que la crítica se puede
entonces considerar a modo de creación dentro de otra creación.
Adicionalmente
a lo anterior se habla de una “crítica suprema”, considerada la forma más pura
de la impresión personal referente a la obra, la consideran más creadora que la misma creación (obra),
pues se carece de manera dramática de un modelo exterior, y la razón de existencia
de esta es según los griegos es un fin por y para ella misma.
La
crítica, en su forma esencial, es necesariamente subjetiva y procura mostrar su
propia esencia y no esencias ajenas. Esto a razón de que la crítica suprema se
ocupa del arte no como expresión, sino como emoción pura. La crítica supone a
la obra de arte como punto de inicio para una nueva creación, no se limita a
descubrir la intención real del artista y a aceptarla como definitiva.
Para finalizar no concentraremos en el análisis
del crítico que se desarrollas dentro del dialogo, siendo este el sintetizador
del dialogo. El crítico dentro de todo este proceso cumple una función de transmitir
y escribir sus propias impresiones frente al objeto, entonces el crítico emplea
la obra para sugerir una obra nueva de carácter meramente personal, que no
tiene por ninguna razón que guardar semejanza alguna con la obra analizada, se
dice además que el crítico posee la capacidad de interpretar la personalidad de
los demás, y en cuanto su personalidad interactúa de manera más radical dentro
del proceso de interpretación esta se torna cada vez más verosímil,
satisfactoria, convincente y auténtica. Finalmente considerando lo anterior el crítico
es aquel que nos muestra una obra bajo una manera diferente a la de la misma obra.